Alejandro Pedregosa -1974
Si en medio de la noche
aletea en tu sien blanca una duda
porque no sabes, Edurne, todavía
bucear en la tinta de los libros
que guardo para ti.
Si te duelen las puntas de los dedos
porque acaban tus cuentas en catorce
y te inquieta el color de la amapola
o te escuece en la boca una palabra
a medio construir.
Si en medio de la noche,
sintieras esta urgencia
u otras de tamaño parecido,
no dudes en ganar firme el pasillo,
llegar hasta mi cuarto y despertarme.
Pues yo sabré, mi niña Edurne,
engañarte con trucos y espejismos
hasta que pienses tú
que tu papá
es el hombre más sabio de la tierra.
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